La esquizofrenia es un trastorno mental crónico que afecta aproximadamente al 1% de la población. Cuando aparece se caracteriza por alucinaciones, delirios, pensamiento desorganizado, lenguaje alterado, problemas de atención, falta de motivación y malestar emocional.
Si eres un psicolover, no olvides seguir mi canal de youtube, estoy segura de que el contenido te va a encantar!.
EL HOMBRE QUE DISPARÓ A SU SEGUNDA CABEZA
En octubre de 1980, el Royal Melbourne Hospital (Australia) ingresó a un paciente de 39 años con una herida de bala del calibre 22 que le había atravesado la cabeza desde el paladar a la frente. Tuvo suerte de sobrevivir, pero lo realmente insólito sucedió cuando recuperó la suficiente consciencia como para ser entrevistado por los médicos.
Según relató el paciente, se había disparado él mismo con la intención de eliminar su segunda cabeza. “La otra cabeza se empeñaba en tratar de dominar mi cabeza normal, y yo no la dejaba”, declaró al doctor David Ames, que en 1984 publicó el caso en la revista British Journal of Psychiatry. “Se empeñaba en tratar de decirme que yo iba a perder, y yo dije, gilipolleces”. Finalmente decidió librarse de ella. En un principio pensó en emplear un hacha, pero se decantó por la pistola: seis tiros, de los cuales dos atravesaron su cabeza, la primera. Ames llamó a su trastorno bicefalia perceptual delusoria.
Aunque el caso parezca extraído del guión de una película, no sería una comedia; el paciente estaba atravesando un verdadero infierno. En los seis años anteriores había recibido tratamiento psiquiátrico en varias ocasiones. Dos años antes, su mujer había muerto en un accidente de circulación cuando era él quien conducía. Más tarde apareció la segunda cabeza, que según el paciente pertenecía al ginecólogo de su mujer, con quien él sospechaba que ella mantenía una relación antes de su fallecimiento.
La cabeza le hablaba, pero no era la única voz: también escuchaba a Jesucristo y al patriarca Abraham conversando entre ellos y confirmándole que tenía una segunda cabeza. El paciente mejoró con un tratamiento contra la esquizofrenia, pero murió dos años después por una infección cerebral.
CARAS DE DRAGONES
Una mujer holandesa no podía observar las caras de otras personas durante largo tiempo. Ya que Cuando lo hacía, los rostros acababan transformándose en cabezas de dragón: “Podía percibir y reconocer caras reales, pero después de varios minutos se volvían negras, se alargaban, les salían orejas puntiagudas y un hocico prominente, y mostraban una piel reptiloide y enormes ojos de amarillo brillante, verde, azul o rojo”, escribían en noviembre de 2014 en la revista The Lancet los especialistas que trataron a la paciente.
La mujer, de 52 años, buscó tratamiento en julio de 2011, pero contó que había sufrido las alucinaciones durante toda su vida, varias veces al día. Y no se trataba solo de las caras de otras personas; los dragones aparecían también desde las paredes, los enchufes y la pantalla de su ordenador, y ni siquiera desaparecían en la oscuridad cuando se iba a dormir. La paciente fue diagnosticada de prosopometamorfopsia, un trastorno de la percepción posiblemente relacionado con la prosopagnosia o ceguera de las caras, que impide reconocer los rostros de otras personas y en el que está afectada una región del cerebro llamada giro fusiforme.
Los médicos no encontraron ninguna anomalía en los exámenes de la paciente, pero lograron tratarla con éxito con un medicamento contra la demencia llamado rivastigmina, que se emplea para ayudar a los enfermos de alzhéimer a reconocer a sus seres queridos. Gracias a este fármaco, la mujer ha conseguido normalizar su vida y mantener un trabajo durante los últimos tres años.
ANTONIO, EL CHICO QUE SE CREE EXTRATERRESTRE.
Con 14 años Antonio apareció en consulta acompañado de sus padres. Éstos contaban que el comienzo fue cuando Antonio, con 12 años, empezó a hablar con sus amigos sobre extraterrestres.
Desde entonces empezaron a verlo triste, asustado y desconfiado; y al poco tiempo, estaba totalmente convencido de que tanto él como su familia eran extraterrestres. Por este motivo, recibió medicación, aunque permanecía su obsesión con los ovnis.
Presentaba una forma de hablar bastante extraña, que se asocia a la esquizofrenia: lenguaje poco organizado, saltar de un tema a otro que no tiene nada que ver, dificultad para encontrar la palabra que quiere decir, o no responder concretamente a lo que se le pregunta.
Además, es poco expresivo, no suele mirar a la cara, y tiene una autoestima muy baja.
Unido a esto, Antonio comenzó a desarrollar un trastorno obsesivo compulsivo, que se puede identificar a través de “manías” y rituales. Por ejemplo, lavarse las manos continuamente, observarse mucho el cuerpo, pensar que algo terrible va a suceder si no apaga las luces o no cierra la puerta de su cuarto… lo que a veces no le deja ni conciliar el sueño.
Se le diagnosticó esquizofrenia de tipo desorganizado, estableciéndose un tratamiento con su familia para estrechar lazos, terapia cognitiva, entrenamiento en habilidades sociales, técnicas para evitar recaídas, medicamentos neurolépticos y antidepresivos, entre otros.
EVA UNA NIÑA CON ESQUIZOFRENIA PARANOIDE.
Eva tenía 10 años cuando afirmaba poder oír voces. Las voces le decían que iba a morir pronto porque, otras personas han cometido crímenes por culpa de ella.
Y es que también piensa que, a través de su respiración, es capaz de manejar a otras personas. Por otro lado, cree que la graban en vídeo continuamente con el objetivo de ponerlos en venta.
Por si fuera poco, está convencida de que los demás pueden leerle la mente, que la miran y la persiguen. Esto le produce desánimo y tristeza.
Eva presentaba problemas desde los dos años, más concretamente, retraso del desarrollo y trastorno de la comunicación.
En cuanto a su familia, al parecer su madre tenía esquizofrenia, y cuando Eva tenía cinco años, sus padres se separaron y la acogió una nueva familia. A esta edad desarrolló muchas fobias, problemas para relacionarse con los demás, retraso en el desarrollo y comportamientos hipersexuales para su edad. Seguramente esa forma de crianza no fue sana para la pequeña.
Después de diagnosticarle esquizofrenia paranoide, se llevó a cabo un tratamiento muy completo que probablemente la hizo mejorar en todos los aspectos.
Commenti