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TIPOS DE RELACIONES TÓXICAS Y COMO SANARLAS!


A continuación se describirán las conductas tóxicas presentes los diferentes tipos de relaciones.


Menosprecio y denigración. En una relación tóxica, una persona puede tener la tendencia a denigrar y menospreciar constantemente a la persona con la que está, ya sea pareja, amigo incluso familiar. El menosprecio se puede dar a través del humor o las bromas, emitiendo juicios sobre las cualidades, competencias o la personalidad del otro, o bien mediante la burla explícita, implicando con esto que todo lo que expresa la otra persona, sus ideas, sus creencias o sus deseos, es algo estúpido. También puede hacerlo mediante la crítica discreta pero intensa. Aun en los casos en que se logra confrontar a la persona que denigra, ésta se muestra evasiva y disfraza su actitud diciendo que simplemente está bromeando. Al lado de una persona que denigra, la persona que creías ser habrá perdido poco a poco toda importancia. Te vuelves banal, poco interesante, extremadamente inferior.


Intimidación y control mediante "mal carácter". En una relación tóxica, una persona puede tender a mostrarse furiosa simplemente por recibir alguna crítica o porque no se esté de acuerdo con algo de su persona, y podrá permanecer molesta durante días. Esta es una forma que tiene de controlar y chantajear emocionalmente. Nunca se sabe qué puede hacer que pierda el control y se enoje. Las parejas de estas personas tienden a describir su relación como constantemente estar cuidando no decir o hacer algo inapropiado, pues es impredecible cuando la pareja de mal carácter puede estallar en furia. Esta vigilancia e incapacidad para saber cuando su pareja se enojará y por qué razón, desgasta emocional y físicamente su salud. Por otra parte, la pareja de "mal carácter" tiende a responsabilizar a los demás por sus enojos, que es su culpa que el grite e insulte. Este renegar de la responsabilidad por su comportamiento disfuncional es un rasgo típico de una relación tóxica.


Inducción de culpa. En una relación tóxica, una de las personas puede inducir la culpa en el otro, y con esto, trata de obtener control. Cada vez que hace algo que hace sentir mal a la otra persona, intentará hacerle sentir culpable por la situación, por lo que la hace sentir mal. Esto puede ocurrir en relaciones de pareja, pero también es frecuente en la relación de los padres con sus hijos adultos. Es frecuente que los padres busquen poner a otro a su lado para hacer más efectivo el hacer sentir culpable: por ejemplo, cuando el padre llama al hijo para decirle lo mucho que está dolida su madre por no haber asistido a la reunión familiar. Esta es una forma muy usual de los padres para controlar tóxicamente a sus hijos. Como todos los comportamientos y dinámicas tóxicos, inducir culpa tiene la finalidad de controlar la conducta del control, de modo que el padre, el amigo o la pareja haga lo que quiera.


Excesiva independencia, no tener en cuenta al otro. En una relación tóxica, una de las personas de la relación puede llevar su independencia demasiado lejos. Para esta persona, compartir lo que hizo en su día o anunciar lo que va a hacer, lo expone a que el otro lo controle, y por lo tanto a perder su independencia. Esto necesariamente hace sentir insegura a la persona que está a su lado. No solo se trata de que su comportamiento sea impredecible, sino que tampoco se está seguro nunca de que esta persona esté comprometido emocionalmente con uno, de que la relación que tiene con uno es una prioridad en su vida. Incluso en los momentos en que se le pregunta explícitamente acerca de su compromiso, si ama a su pareja, si la encuentra atractiva, o si está comprometida en la relación, su respuesta tiende a ser vaga, incluso defensiva, lo cual por un lado genera más inseguridad en la otra persona, y tiene la finalidad de hacer que la otra persona siga haciendo cosas para "ganarse" su compromiso. La ansiedad que genera todo esto, necesariamente debilita emocionalmente a la persona víctima de tan comportamiento y puede afectar tanto la salud física como la emocional.

  1. Una relación tóxica es difícil de dejar, principalmente, por lo bien que te hace sentir, a pesar del daño que sufres y del que eres consciente, de la culpa y de que amigos y familiares te digan que no te conviene. En primer lugar tienes que tener presente que vives un estado de confusión, en el que, a pesar de estar consciente de que tu pareja te hace daño y que la relación no te conviene, al mismo tiempo algo te hace sentir “muy bien”; como si necesitaras o dependieras de la relación para tener calma y estabilidad. La realidad detrás de esto tiene que ver con miedos, inseguridades, baja autoestima, manipulaciones, chantajes y una incapacidad de ambos para ver las dimensiones del problema.

  2. Pensamos que con el tiempo los problemas desaparecerán, pero lo cierto es que dejar correr el tiempo no arreglará las cosas. Es necesario actuar pronto y lograr encontrar lo que se necesita para salir de la relación. Tienes que tener presente que si existen estos conflictos así de graves en la relación es porque ninguno de los dos está siendo capaz de atender los retos que surgen en la relación (que son algo así como problemas individuales no resueltos del pasado mal manejados). Creer que con el tiempo se irán estos problemas es como pensar que seguir ignorando estos retos se resolverá el problema.

  3. Creemos que podemos cambiar a nuestra pareja, pero lo cierto es que nunca podrás cambiar a la persona tóxica con quien estás. De hecho, hacer depender de que el otro cambie para estar bien es una forma de bloquearte el paso, y que se vuelva imposible salir de la relación. Esta posibilidad necesariamente depende de ti.

 

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